Sueña con metas grandes

Egan Bernal, se coronó el año pasado como el campeón del Tour de Francia y ayer ganó premio al deportista revelación del 2019. Los premios Laureus son los más relevantes internacionalmente, y popularmente son conocidos como los “Oscar” del deporte.

Esto nos inspira hoy para entender que sin importar la edad Dios actúa en nosotros, y nos invita a mirar qué estamos haciendo para lograr nuestras metas, y cómo estamos formando a Dios en nuestra vida, la Palabra del Señor hoy nos da una voz de aliento y nos exhorta a luchar por nuestras metas:

1ª de Timoteo 4, 12

“Evita que te desprecien por se joven, más bien debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y de portarte y en amor, en fe y pureza de vida”

Nuestra meta como cristianos es la santidad, busquemos el sentido de nuestra vida en Dios a través de estas herramientas:

La edad no es límite:

La Palabra de Dios hoy nos dice “evita que te desprecian por ser joven”. La edad no es sinónimo de inteligencia, sabiduría o destreza. Sin embargo, a pesar de su juventud, Egan rompió barreras y conquistó una de sus grandes metas. Lo hizo con esfuerzo y disciplina. En la fe, en nuestra vida espiritual no solo hay muchos jóvenes rompiendo paradigmas y logrando ser ejemplo e inspiración para otros, sino que también nosotros sin importar la edad o la “etapa” de la vida que estemos corriendo podemos seguir soñando y conquistando nuestras metas.

Seamos Ejemplo:

Estamos invitados a ser en Cristo Jesús, un ejemplo para los otros de amor, de fe y de pureza de vida. Que tú y yo seamos ejemplos de caridad con los pequeños, los pobres, la familia, los amigos o con los hermanos. Seamos los creyentes de la familia, los que estamos diciendo siempre yo creo en Dios, creo que Dios está conmigo y voy a orar por eso, yo voy a clamar a Dios, con Dios podemos y lo vamos a lograr. Llevemos una vida limpia, en armonía, con pureza de corazón, reconciliados con Dios, los hermanos, con nosotros mismos, el mundo, la naturaleza.

Leamos las Escrituras:

Para ser un buen testigo de Jesucristo, necesitamos formarnos en la Palabra de Dios, comenzar el día con las Escrituras nos edifica. Un hombre instruido, una mujer enseñada en la palabra de Dios son personas capacitadas para toda obra buena, para anunciar el Reino de Dios y ser testigos del Reino.

Entrenamiento espiritual:

Lograr las metas requiere esfuerzo, entrenamiento y disciplina. La carrera de la fe de también requiere ejercítate en la oración, en leer la escritura, en crecer espiritualmente. Casi nadie verá esto que tú haces, pero luego cuando salgas y ayudes a los demás, sirvas, bendigas a otros y seas bendición para otros, ellos reconocerán que Dios está contigo.

No descuides los dones que Dios te concedió:

Hemos recibido dones espirituales, familiares, que nos han regalado para servir a otros, cuida eso que tú has recibido. Luchemos juntos por la salvación, rompamos barreras, y alcancemos metas en Cristo Jesús.

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