La vida que Dios nos ha dado es más valiosa que cualquier cosa material

El fin de semana pasado nos ha dejado evidencia de lo que pudiera leerse como la necedad e insensatez de los colombianos, que en medio de una crisis mundial han decidido salir de sus casas para comprar productos sin IVA, esto ha dejado un sinsabor para aquellos que hemos cumplido y acatado la cuarentena con rigurosidad, pues esos esfuerzos han quedado en vano por culpa de aquellas aglomeraciones y multitudes, por esas hordas de personas sin sentido común que han decidido poner sus caprichos por encima del bien común, y han expuesto así la salud pública, éstas fueron parte de las palabras en torno a las cuales reflexionó el padre John Mario Montoya, sacerdote eudista, durante la mañana de este martes.

El padre John Mario manifestó que hoy el llamado es para que no nos dejemos desesperanzar de ese estólido grupo de personas que no saben apreciar y valorar el mayor regalo que Dios nos ha dado, la vida; y aprovechemos hoy para pedir la intercesión del Señor por nosotros, para que nos ayude y no permita que esta acción irresponsable conlleve a la muerte de los colombianos, en especial aquellos que han sacrificado muchas cosas por cumplir la cuarentena.

Cuidémonos y extrememos las medidas sanitarias, aún cuando sea desagradable no poder retomar lo que estábamos acostumbrados a hacer, no desfallezcamos por este tropezón de irresponsabilidad ajena y unámonos para salvar las vidas de nuestro prójimo, pensemos siempre en nuestras familias, nuestros hermanos, padres y personas cercanas, sin dejar de lado a nuestros vecinos, o incluso a aquellos que no conocemos, no sigamos jugando con la bendición de estar vivos y apuntemos a seguir cuidando de nosotros y de los demás, invitó el sacerdote eudista.

A Dios pidamos que cuide de nosotros, entreguemos nuestros corazones a su infinito poder y amor, creamos hoy con más fuerza en su presencia, pues Él nos da la capacidad de superar las adversidades y de su mano llegaremos seguros y en paz al puerto del amor en el cual nos ha encaminado, dijo Montoya.

Nuestro Padre celestial es infinitamente amoroso y bondadoso y a pesar de nuestros errores está ahí para cuidarnos, protegernos y mostrarnos el verdadero camino, el de su Palabra, así que hoy hermanos y hermanas, volvamos a Él con el arrepentimiento propio o ajeno, para que por medio de su infinita misericordia podamos salir adelante, venciendo juntos en la barca bendita de Dios, finalizó.

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